sábado, 18 de febrero de 2012

Decálogo para formar un delincuente

Decálogo para formar un delincuente


Hace ya algo de tiempo que un juez de menores de Granada publicó un libro basado en su experiencia del cual se extrajo  una sección que se hizo muy popular y que amerita seguir trasmitiendo; el juez es Emilio Calatayud y e libro Reflexiones de un juez de menores.

He aquí el decálogo para formar un delincuente, 10 pasos que deben seguir los padres para asegurar que sus hijos sean la escoria de la humanidad. Dice así:

1: Comience desde la infancia dando a su hijo todo lo que pida. Así crecerá convencido de que el mundo entero le pertenece.

2: No se preocupe por su educación ética o espiritual. Espere a que alcance la mayoría de edad para que pueda decidir libremente.

3: Cuando diga palabrotas, ríaselas. Esto lo animará a hacer cosas más graciosas.

4: No le regañe ni le diga que está mal algo de lo que hace. Podría crearle complejos de culpabilidad.

5: Recoja todo lo que él deja tirado: libros, zapatos, ropa, juguetes. Así se acostumbrará a cargar la responsabilidad sobre los demás.

6: Déjele leer todo lo que caiga en sus manos. Cuide de que sus platos, cubiertos y vasos estén esterilizados, pero no de que su mente se llene de basura.

7: Riña a menudo con su cónyuge en presencia del niño, así a él no le dolerá demasiado el día en que la familia, quizá por su propia conducta, quede destrozada para siempre.

8: Dele todo el dinero que quiera gastar. No vaya a sospechar que para disponer del mismo es necesario trabajar.

9: Satisfaga todos sus deseos, apetitos, comodidades y placeres. El sacrificio y la austeridad podrían producirle frustraciones.

10: Póngase de su parte en cualquier conflicto que tenga con sus profesores y vecinos. Piense que todos ellos tienen prejuicios contra su hijo y que de verdad quieren fastidiarlo.

“Y cuando su hijo sea ya un delincuente, proclamad que nunca pudisteis hacer nada por él”.

Parce un absurdo, pero más del 50% de estos pocos 10 pasos se ven a cada rato. Muchos padres se excusan diciendo que a ellos nadie les enseñó a ser padres y que deben aprender en el camino, ¿pero que tal ser hijos, niños, adolescentes? ¿en que parte del camino se les olvidó lo que hicieron, fueron, vivieron? ¿por qué no tener presente lo que hiciste, viviste, padeciste en tu infancia y adolescencia?, toda esa experiencia es una de las mejores escuelas para aplicar; tu experiencia, ahora, al digerirlas como adulto, ¿realmente no puedes sacar nada bueno aprendido?

No se trata del craso error de muchos padres, del típico “es que quiero darle lo que yo nunca tuve”, dirijase al paso 8 y 9 y vea lo que resulta; se trata de entender los sentimientos, la forma de pensar, las inquietudes, la curiosidad, la incertidumbre, y todo ese manojo de sentimientos que por primera vez sentimos y que comprendimos por auto-aprendizaje a vivir y no morir en el intento.

Tampoco se trata de ser su mejor amigo, ese rol déjeselo a su “mejor amigo”, porque ningún “mejor amigo” va a tomar el rol de padre-madre, lo niños necesitan un guía, normas, reglas sociales y familiares que seguir, así como respeto y comprensión, no otro compañerito de juego, sino, ¿quien es el adulto en la relación?.

Es cierto, no hay escuela para ser padre, pero si para ser adulto responsable, de bien, esa escuela se llama experiencia de vida y te gradúas sólo cuando alcanzas el grado de madurez, después de ahí le queda hacer maestrías y demás y terminas por nunca dejar de estudiar y aprender;  a menos que también seas un delincuente…

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