domingo, 2 de septiembre de 2012

FELICIDAD CIENTIFICAMENTE ESTIMULADA


GEN QUE CONTROLA LA FELICIDAD EN ELLAS

El MAOA regula la actividad de una enzima que influye  en los niveles de serotonina.

Científicos encontraron el gen de la felicidad de las mujeres que, tristemente, no trabaja en el cuerpo de los hombres y ayudaría a investigar porque es más fácil que las chicas sean más felices que los hombres.

La investigación que realizaron en conjunto las universidades del Sur de California y Columbia con el Instituto de Psiquiatría del Estudio de Nueva York y los Institutos Nacionales de Salud detectó que la expresión del gene monoamina oxidasa A (MAOA) se asocia con niveles más altos de felicidad en las mujeres.

Este es el primer hallazgo de un gen de la felicidad en las mujeres. Me sorprendió el resultado porque una baja expresión del MAOA se ha relacinado con algunas conductas negativas como el alcoholismo, ser antisocial o la agresividad, se le ha llamado el gen guerrero, pero al menos para las mujeres tiene un lado positivo”,  dijo el investigador principal del estudio Henian Chen del Departamento de Epidemiología y Bioestadística del Colegio de Medicina Pública de la Universidad del Sur de Florida.

De acuerdo con el estudio que publicaron en la revista científica Progress in Neuro-Psychopharmacology &Biological Psychiatry el gen MAOA regula la actividad de la monoamina, una enzima que descompone la serotonina, dopamina y otros neurotransmisores en el cerebro que generan esa sensación de bienestar.

Mientras, en promedio, los hombres padecen de más desórdenes de ansiedad y cambios de humor, las mujeres reportan mejores niveles de felicidad que los hombres, aseguró Chen; por lo que este hallazgo dará más claves de las diferencias entre hombres y mujeres en el tema de la felicidad.

El meollo del asunto

Para llegar a estas conclusiones los investigadores analizaron una muestra de población de 345 personas, 193 mujeres y 152 hombres que participaron en un estudio longitudinal de salud mental. El ADN de los voluntarios fue analizado y detectaron que las mujeres con bajas expresiones del gen MAOA eran significativamente más felices que aquellas que no registraban el gen en su código genético o quienes tenían expresiones mayores.

Mientras los hombres que sí registraron una copia del gen MAOA no reportaron mayor felicidad que aquellos que no contaban con él.

La diferencia de la función de este gen puede deberse a los niveles de testosterona, la hormona con mayores niveles en hombres que en mujeres y podría ser la responsable de bloquear los efectos benéficos del MAOA en los hombres.

Quizá por eso los hombres son más felices en su infancia, antes de la adolescencia, pues mantienen niveles bajos de testosterona”, dijo Chen en el comunicado que difundió su Universidad.

Aunque la felicidad no se reduce a un solo gen, los investigadores seguirán buscando por otras bases biológicas que se suman a las experiencias de vida, la dieta y ejercicios que garantizan el bienestar en los humanos.


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PENSAMIENTOS MALOS PARA TU LONGEVIDAD


¿Qué tipo eres tú? Identifícala y atácala para ser feliz.

Bien dice el dicho Dios los hace y ellos se juntan. Nuestras personalidades son las que nos hacen juntarnos con personas similares y construir nuestros círculos sociales y por ende nuestro temperamento puede impactar en nuestra salud física, al menos eso asegura el experto Stephan Boyle del Centro Médico de la Universidad Duke en Carolina del Norte.

De los que tienen una actitud fría a los tipos completamente crispados, todos afectan salud física. Y mientras una persona muy neurótica podría deteriorarse más rápidamente que otros, no todos los rasgos de carácter te van a matar. Algunos incluso podrían impulsar tu vida.

Aquí te dejamos 7 pensamientos que son malos para ti:

1. Cinismo: Los cínicos tienden a ser suspicaces y desconfiados de los demás, un rasgo de carácter que los científicos llaman hostilidad, y hace que las personas con esa personalidad tengan una mayor probabilidad de desarrollar más enfermedades del corazón.

En un estudio de más de 300 veteranos de Vietnam que estaban sanos al comienzo del estudio, encontraron que aquellos que puntuaban alto en las medidas de hostilidad fueron 25% más propensas a desarrollar enfermedades del corazón.

Los científicos piensan que las personas hostiles pueden sufrir más estrés, que puede causar picos de una proteína del sistema inmune llamada C3 que se ha relacionado con diversas enfermedades, como la diabetes. De hecho, los participantes con las puntuaciones más altas en la hostilidad mostraron un aumento de estas proteínas, mientras que los hombres no hostiles no mostraron ningún aumento.

2. Falta de sentido en la vida: Si careces de un sentido de propósito, tu estancia en la Tierra puede verse truncada. Un estudio que involucró a más de mil 200 ancianos, que no tenían demencia al inicio del estudio, encontraron que aquellos que no tenían un propósito en su vida tenían poco más de la mitad de probabilidades de morir durante el período de estudio, que duró hasta 5 años. Otro estudio publicado en la revista Psychosomatic Medicine, en el que no importó la edad ni sexo, educación o raza, se comparó la falta de propósito en la vida. junto con el nivel de la depresión y la neurosis.

Las personas con elevado propósito en la vida y con facilidad de entender el significado de dar sentido a los acontecimientos de sus vidas, es probable que se involucran en conductas y actividades que consideren importantes. Lo contrario también es válido. Los hallazgos de nuestro estudio sugieren que las personas que no trabajan activamente hacia ninguna meta no disfrutan de su día a día (cómo pasan su tiempo) son las que tienen mayor el riesgo de mortalidad", dijo la investigadora Patricia Boyle, del Centro de la Enfermedad de Alzheimer Rush en Chicago.

Algunas otras investigaciones han sugerido que las personas con un mayor sentido de propósito puede tener diferentes niveles de las hormonas del estrés, mejor salud cardiaca o mejorar el sistema inmunológico, aunque se necesitan más investigaciones para concretar cualquiera de estos mecanismos biológicos.

3. Preocupones: La gente altamente neurótica que está constantemente preocupada o ansiosa y con tendencia a la depresión - mueren antes en promedio que quienes no sean así. Un estudio de casi mil 800 hombres seguidos durante un período de 30 años sugiere que esto se debe, en parte, porque los neuróticos son también más propensos a fumar. Tal vez tener un cigarrillo alivia la ansiedad, dijo el investigador Daniel Mroczek de la Universidad de Purdue en Indiana, quien agregó que tal beneficio a corto plazo podría no valer la pena si te mata a largo plazo.

4. La falta de autocontrol: Si siempre llegas tarde o no puedes mantener tu escritorio o cuarto organizado, quizá no te autocontroles, algo que parezca cualquier cosa sí puede poner en riesgo tu salud. Una revisión de más de 20 estudios revelaron que casi 9 mil personas que son conscientes, organizados, y disciplinados, a diferencia de ser impulsivos: viven de dos a cuatro años más que los otros, porque tienden a fumar y beber menos y tener una vida más estable y menos estresante.

5. Ansiedad: El nerviosismo puede poner una tensión alta e innecesaria. En comparación con las personas altamente crispadas, los individuos con un comportamiento relajado, son menos propensas a desarrollar demencia, que puede ser causada por Alzheimer y otras enfermedades, de acuerdo con un estudio que siguió a 500 personas por cinco años, en los que se detecto más riesgo en sufrir demencia por altas dosis de angustia en su día a día.

6. Tristeza: Ser triste e inhibido no es sólo una desventaja social, sino también una física. Un estudio preliminar de más de 180 pacientes que sufren de enfermedad arterial periférica (acumulación de placa en las arterias) mostró que aquellos que tendían a estos rasgos de carácter tienen mayores probabilidades de morir antes que otras personas con ese mal.

Según un artículo publicado en la revista Archives of Surgery, sugieren que el tipo de personalidad está vinculada con el sistema inmunológico del cuerpo, así como sistema de respuesta al estrés.

7. Estrés: ¡Hagas lo que hagas, no dejes que esta lista te preocupe! Las investigaciones han demostrado que el estrés prolongado puede ser mortal, y si no es crónica, en si misma el estrés laboral puede aumentar tus probabilidades de enfermedad cardiaca, te hace más vulnerable al virus de la gripe, al síndrome metabólico y a sufrir hipertensión. Un estudio en casi 700 trabajadores israelíes descubrieron que los que experimentaron desgaste laboral, cuando el estrés laboral se convierte en inmanejable, tenían casi el doble de probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2, en la que el cuerpo de una persona se vuelve resistente a la hormona reguladora del azúcar llamada insulina.

Y mientras que una promoción en el trabajo podría aumentar sus ingresos, también les causaba estrés. Los investigadores británicos descubrieron recientemente que cuando ascienden en la jerarquía laboral, tienen menos probabilidades de encontrar tiempo para ir al médico.

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OPTIMISMO PROTEGE TU CORAZON



También una de las claves es que la gente con buena actitud hace más ejercicio.

Parece que estar feliz es también bueno para el corazón.  Los científicos han sabido desde hace tiempo que las personas muy nerviosas y las que están frecuentemente molestas, ansiosas o deprimidas tienen un riesgo más alto de tener un infarto cardiaco.

Ahora la Universidad de Harvard realizó una revisión sobre la otra cara de la moneda sobre esa teoría psicológica, y concluyó que el buen ánimo y el optimismo tienen la propiedad de ayudar a proteger contra los males cardiacos.

En vez de dedicarse a únicamente ver cómo disminuir los riesgos cardiacos, "también podría ser útil concentrarse en la forma en que podemos reforzar el lado positivo de las cosas", explicó la investigadora Julia Boehm, de la Escuela de Salud Pública de Harvard.

Boehm analizó decenas de estudios que examinan la influencia que tiene sobre la salud del corazón una actitud positiva, medida con factores psicológicos. El optimismo en particular parece clave, pues diversos estudios descubrieron que las personas más optimistas tenían la mitad del riesgo de un primer ataque cardiaco que las menos optimistas, afirmó Boehm.

Estudios previos muestran que el estrés asociado a rasgos psicológicos negativos puede provocar lesiones en arterias y en el corazón mismo.

Boehm encontró que las personas con un mejor sentido del bienestar tienden a presentar índices más saludables de presión arterial, colesterol y peso, además de que es más común que se ejerciten, lleven una dieta más sana, duerman bien y eviten el cigarro.

Sin embargo, advirtió que se necesita ahondar en la investigación para distinguir si la actitud positiva hace que la gente se sienta más dispuesta a tomar medidas saludables para el corazón, o si vivir más sano contribuye a tener una perspectiva más positiva y dejar atrás el pesimismo.

El nuevo estudio, financiado por Robert Wood Johnson Foundation, fue publicado el martes en la revista Psychological Bulletin.

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PESIMISTAS VIVEN MENOS


Aunque las emociones negativas influyen positivamente cuando se intenta perder peso.

El pesimista ¿nace o se hace? Una investigación de la Universidad de Texas encontró que un gen relacionado con la serotonina, la llamada hormona del humor podría provocar un tamaño mayor de la región del tálamo cerebral denominada pulvinar, que es el área de emociones negativas y esto inclinaría al pesimismo. Sin embargo, hay especialistas que afirman que es posible aprender el optimismo educando en emociones positivas que permitan ampliar los recursos sociales, intelectuales y físicas del individuo.

Entérate de algunas de las ventajas de ser optimista y la siguiente vez que una nube negra atraviese tus pensamientos tengas razones para deshacerte lo más pronto posible de ella.

Pesimistas vs. optimistas
Según el psicólogo C.R. Zinder, de la Universidad de Kansas, los resultados académicos dependen más de una actitud optimista que del cociente intelectual, así que la próxima vez que tengas un examen no olvides llevar el pensamiento positivo en la mochila.

El pesimista busca seguridad y se aferra a su impotencia, asegura el profesor Mark Albion. Mientras que al optimista le mueve el ánimo, la esperanza, la confianza, lo que logra mejores índices de prosperidad.

En cuanto a la salud física, el pesimismo nos vuelve más vulnerables a infecciones. Esto se debe a la interacción de los sistemas inmunológico, endocrino y nervioso, eso es lo que apuntan estudios de la Universidad de Wisconsin.

La esperanza de vida de los pesimistas se reduce hasta 19%, de acuerdo con una investigación de la Clínica Mayo, mientras que los optimistas se enfrentan a menos factores de estrés, tienen postoperatorios más fáciles y su recuperación es más rápida. Los varones con una percepción positiva de su salud cardiovascular tienen un índice de mortalidad tres veces menor.

El pensamiento positivo también puede proteger contra cáncer de mama según una investigación de Ronit Peled, de la Universidad israelí Ben-Gurion del Negev.

La única ventaja del pesimismo es que las emociones negativas y preocupación por la enfermedad influyen positivamente en la conducta de los pacientes que intentan perder peso, de acuerdo con la Universidad Doshisha de Japón. El exceso de optimismo, sin embargo, supone una mayor disposición, pero no un logro real. Así que si quieres vivir más, empieza a ver tu vida en un tono menos gris.

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CULPA : DE QUE SIRVE


Esta emoción activa áreas prefrontales del cerebro.

Desde el punto de vista psicológico, la culpa, la vergüenza y el orgullo se clasifican dentro del grupo de  emociones  autoconscientes o morales. Y éstas están fundadas en las relaciones sociales y emergen de la preocupación acerca de la opinión que tienen los demás de nosotros y de nuestra conducta.

¿Para que sirve la culpa?
Para tomar conciencia de que vivimos en grupo y dejar a un lado nuestra tendencia al egoísmo. Como es un aglutinador social, la culpa no sólo se siente, sino que se tiende a expresar con gestos, autocastigos o solicitudes de perdón.

Para los psicoanalistas clásicos, los remordimientos son el punto clave del desarrollo de la personalidad en los primeros años de vida, porque nacen del descubrimiento de los sentimientos de amor y odio hacia los padres.

La relación sana o insana del niño con ellos les hará desarrollar normalmente sus logros y aspiraciones o ser propensos a la enfermedad mental y crimen.

Cada persona reacciona de manera distinta ante ella. Es importante no obsesionarse con el perdón, moderar las reacciones ante un acto negativo y saber olvidar.

Cuando hace daño
En la práctica, sin embargo, las cosas no son tan fáciles.

Cuando alguien no es capaz de afrontar de manera natural  sus remordimientos, la culpa se convierte en un sentimiento dañino, reduce la autoestima, perjudica la calidad de vida, mina las relaciones de pareja, e incluso puede afectar la salud.

El desarrollo moral
Este se inicia cuando el niño comienza a tener en cuenta las necesidades y deseos de las otras personas.

La moralidad es importante porque la sociedad no puede funcionar si no existe un acuerdo acerca del bien y del mal.

El niño adquiere la capacidad de sentir remordimientos entre los tres y los seis años. Es entonces cuando ha interiorizado los estándares morales familiares y sociales y puede sentirse mal ante un acto fallido.

Sin embargo, la culpa no siempre aflora en el campo de la conciencia sino que se encuentra reprimida en el plano inconsciente y sólo se manifiesta indirectamente por alguno de sus efectos: irritabilidad, malhumor, apatía, depresión.

La culpa es patológica cuando interfiere con el comportamiento normal de la persona.

¿Qué sucede en el cerebro?
Utilizando técnicas de neuroimagen se ha encontrado que  la culpa y la vergüenza activan áreas cerebrales diferentes.

Mientras que en la culpa se activan áreas prefrontales, la vergüenza activa áreas temporales. Estos hallazgos nos ayudarán a entender qué sucede en enfermedades como el autismo,  y comprender las bases neuronales de las conductas amorales que se observan en trastornos neurológicos y psiquiátricos.
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FORZAR SONRISA DISMINUYE ESTRESS

Si la felicidad nos hace sonreír ¿sonreír puede hacernos felices?

Existen dos tipos de sonrisas, la estándar la cual utilizamos como cortesía en la vida diaria y mostramos un poco los dientes, y la gran sonrisa en la que abrimos la boca y arrugamos los ojos. Cualquiera de las dos se ve y siente como un gesto confortable y natural, pero ¿alguna de ellas es mejor que la otra?

En un experimento para probar esto, se usaron palillos para manipular los músculos faciales de 169 voluntarios para darles una expresión neutral, una sonrisa estándar y una gran sonrisa. A otros se les pidió simplemente sonreír sin necesidad de los palillos.

Con esta modificación en su cara, se les pidió que hicieran una serie de actividades estresantes a la vez que medían cuánto se mantenían en su lugar los palillos, mientras medían su ritmo cardiaco y anotaban sus niveles de estrés.

Los resultados fueron sorprendentes. Aquellos que se mantuvieron sonrientes tuvieron menores niveles de ritmo cardiaco que quienes tenían expresión neutral. Pero los que tuvieron una sonrisa genuina, aún cuando se formó con los palillos, fueron los más relajados de todos.

Así que ya sabes, cuando te sientas muy frustrado o estresado, es mejor que finjas una sonrisa para reducir tu estrés y hacerte feliz, concluyeron los investigadores Tara Kraft y Sarah Pressman de la Universidad de Kansas en su artículo publicado en la revista Psychological Science.

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DINERO NO TE HACE FELIZ, LOS HALAGOS SI LO HARAN


Influir en nuestra comunidad, casa, escuela o amigos es la verdadera clave de la felicidad

Ser felices es algo que a todos nos preocupa, tener un pensamiento positivo, comer ciertos alimentos, hacer ejercicio o tener amigos nos ayuda, pero una nueva investigación asegura que la felicidad está más relacionado con que tan admirados y respetados somos, más que con cosas materiales como la cantidad de dinero que tenemos.

Cameron Anderson, de la Escuela de Negocios Haas de la Universidad de California, Berkeley, y su equipo exploraron la relación entre los diferentes estatus sociales y el bienestar en un nuevo artículo publicado en Psychological Science.

Nos interesaba esta idea porque hay abundante evidencia de que un mayor estatus socioeconómico - mayores ingresos o ser más ricos, así como contar con estudios educativos elevados, no aumenta el bienestar subjetivo (o la felicidad) en absoluto. Sin embargo, al mismo tiempo, muchas teorías sugieren que un mayor estatus debe aumentar la felicidad", dijo Anderson.

Los investigadores se concentraron en comparar el estatus económico y la estima del grupo social con el que se relacionan las personas, es decir que tanto respeto y admiración provocan.

Tener una posición elevada dentro de la comunidad conduce a recibir más respeto, se tiene más influencia, y se está más integrado con el tejido social del grupo", propusieron los investigadores.

Para comprobarla hicieron cuatro estudios. En el primero se encuestó a 80 estudiantes universitarios que participaron en 12 grupos diferentes, incluyendo hermandades. Sea nalizó el estatus sociométrico de cada estudiante, así como el liderazgo que tenían dentro de su grupo. Los estudiantes también informaron de su ingreso total del hogar y respondieron a preguntas relacionadas con su bienestar social.

Tras tomar en cuenta las cuestiones de género y la etnia, los investigadores encontraron que el estatus sociométrico, pero no el estatus socioeconómico, eran más felices que los demás.



Los investigadores fueron capaces de replicar estos hallazgos en un segundo estudio que encuestó a una muestra mayor y más diversa de los participantes y encontraron que la relación entre el estatus sociométrico y el bienestar podría explicarse, al menos en parte, por la sensación de poder y la aceptación social de la que gozaban en sus relaciones interpersonales.

En el tercer estudio, Anderson y sus colegas proporcionaron evidencia de que la relación entre el estatus sociométrico y el bienestar en realidad se podía manipular en un entorno experimental. 

En el cuarto estudio, los investigadores decidieron llevar la historia de causalidad al mundo real.

Entaron a un programa de maestría y encontraron que los cambios en el estatus sociométrico de pre-graduación en posgrado se relaciona con los cambios en la vida social de los estudiantes.  Y después de la graduación sus niveles de felicidad se elevavan sin importar mucho su nivel de ingresos.


Me sorprendió la forma en que estos efectos fluían- si alguien que esté en su escala local, se fue hacia arriba o abajo, también lo hizo su felicidad, incluso en el transcurso de 9 meses", dijo Anderson.



Juntos, los cuatro estudios proporcionan una clara evidencia de la relación entre el estatus sociométrico y el bienestar. Pero ¿por qué estatus sociométrico parece importar tanto cuando la situación socioeconómica no lo hace?

 Una posible explicación, que Anderson espera explorar en futuras investigaciones, es que la gente se adapta.

Una de las razones por las que el dinero no compra la felicidad es que las personas se adaptan rápidamente al nuevo nivel de ganadores de la Lotería de ingresos o la riqueza., Por ejemplo, son felices inicialmente, pero luego regresan a su nivel original de la felicidad rápidamente. 

Este tipo de adaptación no puede simplemente ocurrir con la condición de local. Es posible que el ser respetado, tener influencia, es la clave de la felicidad", dijo Anderson

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INFLUYEN LOS GENES EN TU FELICIDAD?


Psicólogos, neurólogos y economistas quieren saber por qué unos son más felices que otros.

Ahora, por primera vez en la historia de la ciencia, un número sustancial de psicólogos, neurólogos y economistas está dedicado a analizar por qué algunas personas son más felices que otras, en qué consiste exactamente “ser feliz”, y qué tenemos los humanos en común para acercarnos o alejarnos de nuestros ideales de felicidad.

Entre 1980 y 1985, por ejemplo, se publicaron poco más de 2 mil trabajos científicos sobre la felicidad; desde 2006 ya se han publicado más de 30 mil. Muchos de ellos intentan responder las preguntas que los humanos venimos haciéndonos desde siempre: ¿Por qué yo no soy feliz y mi hermana sí? ¿Cuánto tiene que ver la genética en todo esto? ¿Seré feliz si me gano la lotería mañana? ¿Seré miserable para siempre si tengo un accidente y quedo paralizado de la cintura para abajo? ¿Tengo responsabilidad sobre mi nivel de felicidad?

Algunas de las respuestas a estas preguntas ya están más o menos disponibles: nuestros genes sí influyen mucho en nuestra felicidad, los ganadores de la lotería o quienes sufren accidentes vuelven muy rápido a
sus niveles de felicidad anteriores (o sea, el dinero o los accidentes súbitos afectan poco) y sí, todos tenemos responsabilidad y margen de acción para influir sobre nuestra felicidad.

¿El dinero da la felicidad?
Nuestras abuelas nos decían que “el dinero no hace la felicidad” y nosotros les creíamos: ahora la ciencia tiene la posibilidad de probarlo.

La mayoría de los estudios dice que nuestras abuelas tenían algo de razón, pero no toda: la cantidad de dinero no influye significativamente en la felicidad de quienes ya tienen algo de dinero, pero influye mucho en la felicidad de quienes, gracias a mejores ingresos, logran salir de la pobreza.

Experiencias negativas vs experiencias positivas
“Algunos psicólogos dicen que las experiencias positivas son como el teflón, y que las negativas son como el velcro”, explica Margarita Tarragona, directora del Centro Campos Elíseos, uno de los principales centros de psicología positiva en México, y autora de “Psicología y Bienestar”, el único blog en español de la prestigiosa revista estadounidense Psychology Today.

Tarragona está hablando de por qué, según confirman los estudios, las emociones negativas (como el miedo, la angustia y la tristeza) dejan huellas mucho más fuertes en nuestros cerebros que emociones positivas como la serenidad, el amor y el entusiasmo. Y dice que esta diferencia de percepción, que afecta la sensación de felicidad de quien las lleva, tiene en parte una raíz evolutiva.

“A lo largo de cientos de miles de años, las emociones negativas nos sirvieron de alerta para reconocer dónde estaban los peligros”, explica Tarragona. “Las experiencias negativas se apegaban más a nuestro cerebro porque de ello dependía nuestra supervivencia”.

Aun así, a pesar de esta tendencia a lo negativo, la investigadora mexicana recuerda que la mayor parte de las personas, de todas las clases sociales y de todos los lugares del mundo, responde a las encuestas declarándose feliz o razonablemente feliz.

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7 COSAS QUE TE HARAN FELIZ SI O SI


Anota y sigue estos consejos para mejorar tu calidad de vida.

Hazte más culto: Las personas que disfrutan del arte, ballet y otras actividades culturales se sienten más felices y sanos de acuerdo con un estudio publicado en el Journal of Epidemiology.

Ten una mascota: Los dueños de perros y gatos se sienten mejor, pues tener animales en casa como compañeros aumenta el autoestima y los buenos sentimientos y dan significado a la vida, de acuerdo a un estudio del Journal of Personality and Social Psychology, de hecho en el estudio se encontró que tener mascotas tiene el mismo efecto psicoógico de tener amigos.

Se agradecido: El poder del pensamiento positivo puede sonar chocoso pero realmente funciona. Uno de los muchos estudios publicados al respecto, muestran que las personas que tiene el hábito de escribir o hacer memoria de tres cosas buenas que les pasaron en las últimas semanas, muestran un aumento en felicidad, también quienes acostumbran enviar notas de agradecimiento.

Cultiva el altruismo: Dar dinero a otros también aumenta la felicidad de las personas, así lo demostró una investigación publicada en la revista Science que hace sentir mejor dar a otras personas que gastarlo en uno mismo. Incluso comprobaron que son personas más longevas.

Ser nostálgico:  Una investigación publicada en la revista Personality and individual Differences encontraron que las personas extrovertidas son más felices porque tienen la capacidad de ver hacia atrás, saboreando sus memorias.

Haz el amor: Aunque no parezca algo muy cerebral, las personas con una buena vida sexual son más felices, pero también aquellas que expresan sus emociones con abrazos y caricias.

No te obsesiones en ser feliz: Si te esfuerzas en ser feliz serás más infeliz, por paradójico que parezca las personas que se enfocan en ello son menos felices, quizá porque sus estándares son muy altos o inalcanzables.

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SI ENTRENAS TU CARACTER ERES MAS FELIZ


Psicólogos demostraron que hacen que una persona se sienta más satisfecha con su vida.

Si entrenas tu carácter aumentará tu bienestar y por tanto serás más feliz, aseguran psicólogos de la Universidad de Zurich que da pistas de que si entrenas tu curiosidad, gratitud, optimismo, sentido del humor y entusiasmo te sentirás más satisfecho con tu vida.

Para demostrarlo los investigadores Willibald Ruch, René T. Proyer y Claudia Buschor del departamento de Personalidad y Apreciación de esa Universidad, dividieron a un grupo de 178 personas en tres grupos, dos de ellos se iban a dedicar a entrenar ciertas fortalezas del carácter y el otro serviría de grupo de control.

El grupo 1 entrenó la curiosidad, gratitud, optimismo, humor y entusiasmo por dos semanas; mientras el grupo 2 se enfocó en fortalecer la apreciación por la belleza, creatividad, amabilidad, amor por aprender y ser precavidos.

La forma de entrenar era con ciertos ejercicios diarios; por ejemplo para practicar la gratitud tenían que escribir una nota de agradecimiento a alguien que jugara algún rol importante en sus vidas, o la apreciación de la belleza tenían que prestar atención a ciertos momentos o situaciones en las que sentían alguna admiración por algo bello.

El grupo 1 fue el que registró un incremento en la satisfacción de su propia vida, en comparación con los otros grupos. Esto se manifestó en el hecho de que estos participantes se mostraron más alegres o con un buen humor más a menudo.

La tercera conclusión fue que las personas que aprendieron a controlar sus acciones y sentimientos de forma más eficaz durante el período de entrenamiento, se mostraron más entusiastas y beneficiados con los ejercicios.

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ALIMENTOS QUE TE HACEN MAS FELIZ


Neurotransmisores, emociones y alimentos con vitamina C, lo que se necesita para ser feliz.

La fórmula de la felicidad es: menos alcohol, frituras y pan, y más plátanos, aguacate y queso.

Alcohol
Incluso en bebedores ocasionales, provoca depresión, ansiedad y estrés, y es un potente tóxico neuronal.

Pan dulce
Las grasas saturadas que contiene potencian la irritabilidad y el cansancio al reducir las reservas de vitamina B1.

Café
Los efectos excitantes de la cafeína provocan nerviosismo. Sin embargo, en pequeñas dosis es lo contrario: antidepresiva.

Chocolate
Gracias a la triobomina, es un potente antidepresivo y calmante, ya que participa en la creación de endorfinas.

Pescado
Es rico en omega-3 y muy bueno para mejorar la concentración y mantener el estado de alerta. También contiene pequeñas cantidades de trptófano.

Queso
Contiene mucho triptófano, el responsable de la creación de la serotonina, y también tiene otro aminoácido que segrega dopamina.


Papas
Los carbohidratos con almidón transportan el triptófano al cerebro.

Plátano
El mayor contenedor de triptófano. Con uno diario tendrás el doble del que necesitas para ser feliz.

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TEST FELICIDAD


¿Qué tan felices podemos ser?

Durante la llegada del año nuevo todos enviamos y recibimos el deseo de “feliz año” y de “tener felicidad,” y por ello surge la interrogante ¿qué tan felices somos? y ¿se puede incrementar nuestro nivel de felicidad?

Diversos estudios científicos dentro de la corriente de la Psicología Positiva han tratado de identificar qué nos hace felices.

¿Será el dinero? Las investigaciones han mostrado que una vez que podemos satisfacer nuestras necesidades básicas, el ingreso adicional no incrementa nuestro nivel de satisfacción vital. ¿Será una buena educación? No se ha encontrado que la capacidad intelectual alta ni la educación pavimenten el camino a la felicidad.

¿Será la juventud? Muchos adultos reportan mayor satisfacción vital y menos momentos de crisis que los jóvenes. ¿Qué se ha encontrado?: la espiritualidad y la amistad. Un reciente estudio mostró que las personas que tuvieron un puntaje más alto en sus niveles de felicidad y que reportaron los niveles más bajos de depresión fueron los que mantenían fuertes lazos con familiares y amigos.

¿Se puede medir nuestro nivel de felicidad? El medirlo es difícil y subjetivo. Sin embargo investigadores como Seligman y Diener han desarrollado una escala para medir la felicidad.

Los puntajes altos en esta breve escala se correlacionan con emociones positivas y bajos niveles de depresión. Así es que te invito a que te autoadministres esta escala. En una escala del uno al siete (en donde uno= no es verdad, cuatro= moderadamente verdadero y siete= completamente cierto), califica los siguientes enunciados:

1. La mayor parte de mi vida se acerca a mi ideal

2. Las condiciones de mi vida son excelentes

3. Estoy satisfecho con mi vida

4. He logrado las cosas que considero importantes

5. Si volviera a vivir, cambiaría muy pocas cosas

Interpretación:

31-35 Extremadamente satisfecho con su vida,
26-30 Muy satisfecho,
21-25 Moderadamente satisfecho,
20 Neutral,
15-19 Ligeramente insatisfecho,
10-14 Insatisfecho,
5-9 Extremadamente insatisfecho.

Recuerda que la felicidad es un sentimiento que emerge, producto de realizar actividades que nos satisfacen. Podemos alcanzar la felicidad a través de tener claros nuestros valores y vivir de acuerdo con ellos.

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ANALIZANDO LA DIETA DE LA FELICIDAD


Los científicos ponen en la balanza nuevas herramientas para perder peso: neurotransmisores, emociones, vitamina C y triptófano.

Una pareja americana se propuso adelgazar este año. La esposa de Jay Wornick formuló el desafío a su marido el 1 de enero. Él aceptó el reto y hoy, diez meses después, su balanza apunta 90 kilos menos. El hombre de 30 años y padre de tres niños antes pesaba 166 kilos y ahora solamente pesa 76.

El hombre afirma que su dieta diaria incluía un bistec de 566 gramos, frituras y varias bebidas gaseosas.

Ahora come fruta, vegetales y carnes magras, bebe agua y hace gimnasia seis veces a la semana en un club cercano a su casa en Fulton, en el centro del estado de Nueva York.

Sin embargo, seguir la dieta de moda no es lo único que hace falta para adelgazar. Ahora los investigadores agregan otras cosas que hay que poner en la balanza: más que el peso, importa el grado de bienestar.

Los alimentos ricos en triptófano (un aminoácido que, según los científicos, estimula la producción de serotonina) podrían hacernos felices. La doctora Pilar Senpau, experta en nutrición y cerebro, y autora del libro Los frutos de la vida. Frutos y verduras para ser feliz, lo explica a la perfección:

Todos nosotros tenemos unos neurotransmisores esenciales para la actividad cerebral, que necesitan, a su vez, de una materia prima que está en los alimentos. La serotonina, un neurotransmisor, necesita el triptófano, un aminoácido esencial, para funcionar. Pero nuestro cuerpo no lo fabrica, así que, para obtenerlo, tenemos que comer alimentos que lo contengan”.

¿Y para qué necesitamos la serotonina?

Este neurotransmisor, que abunda en nuestros circuitos neuronales, da una sensación de bienestar que nos hace sentir más felices y relajados. Tal es la relación entre estas dos sustancias que, según una investigación publicada en la revista Psiquiatric Biology, una ingesta suficiente de alimentos con triptófano podría sustituir los antidepresivos en un tratamiento psiquiátrico.

No en balde, el Prozac y compañía son estimuladores artificiales de esta misma sustancia.

Y no sólo eso: además de hacernos sentir bien, la serotonina compensa la acción de otros neurotransmisores como la noradrenalina, asociada al miedo y la violencia. Así que, ¿existen alimentos que nos pueden hacer más felices que otros?

La química del poder

¿Dónde podemos encontrar esa sustancia tan maravillosa?

Encontraremos triptófano en el aguacate, el plátano, el pavo y el queso. Lo que pasa es que la serotonina, para entrar en el cerebro, necesita azúcares. Por eso, cuando estamos nerviosos, lo primero que hacemos es acudir a alimentos que tienen hidratos de carbono, para que rescaten el triptófano que tenemos ‘vagando’ por nuestra sangre y lo lleven hasta el cerebro, donde se convertirá en serotonina”, Senpau.

Esto explica por qué la directora del Programa de la Salud de la Mujer del Massachusetts Institute of Technology (MIT), Judith Wurtman, basa su Dieta del Poder de la Serotonina en la ingesta de carbohidratos como ingrediente indispensable para ser feliz.

Toda su teoría está fundamentada en los resultados de investigaciones llevadas a cabo por su esposo, Richard, neurólogo e investigador del Departamento de Cerebro y Ciencias Cognitivas del MIT.

Según estos estudios, no todos los carbohidratos tienen la misma eficacia a la hora de fabricar serotonina. Los que llevan almidón, como las papas y la pasta, y los dulces, como la miel, son los más eficaces.

Pero nunca deben ser ingeridos con proteínas porque la mezcla anula la producción de serotonina.

Y es que los carbohidratos no producen exactamente este neurotransmisor, sólo son su trasporte hasta el cerebro.

Por su parte, hay algunas sustancias que influyen en cómo percibimos nuestro bienestar. Por ejemplo, las frutas tienen grandes cantidades de vitamina C y ésta es fundamental para que los aminoácidos se conviertan en neurotransmisores. Sin ella no generaremos la oxitocina y la serotonina que nos dan la sensación de felicidad.

El arte de curar la obesidad

Pero este “superpoder” se pierde por almacenamiento y transporte.

Por lo que es importante comer aquellos productos que se den en nuestra zona, para asegurarnos de que conservan todas sus propiedades”, dice la doctora Senpaulos

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