martes, 24 de abril de 2012

envidia


'Alegrarse' del sufrimiento de los demás es una sensación universal.

¿Los perros sienten envidia?
Investigadores de la Universidad de Viena han comprobado en el perro una forma de envidia que hace pensar en la raíz evolutiva de esta emoción. En su experiencia, los canes debían dar la patita el mayor número de veces posible, pero su ritmo bajaba cuando a su lado otro perro era recompensado y ellos no. Igual que ocurre con los humanos, se vio cómo empera la calidad de vida en los animales envidiosos: más estrés y vacilaciones, y mayor fijación en su compañero que en la consecución de sus propios objetivos.

¿Por qué nos satisface el mal ajeno?
Una investigación de la Universidad de Chicago da algunas claves. Un grupo de jóvenes de 16 a 18 años se enfrentó a un video con imágenes de personas que infligían dolor a otras, al tiempo que se exploraba su actividad cerebral. Los investigadores vieron que en los participantes con antecedentes de comportamiento agresivo, el sentimiento ante este episodio de violencia era de placer, y su actitud, fría e indiferente.

¿Qué nos conduce a la envidia?
La percepciín que tenemos de nosotros mismos en relación con la imagen que impera en nuestro entorno. También nuestra pulsión a competir (cuando perdemos la envidia es un modo de rendición), así como la inseguridad emocional o un sentimiento de inferioridad, que nos lleva a ver amenazado nuestro vínculo afectivo con otra persona.

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