domingo, 6 de mayo de 2012

de la memoria


Cambiar una palabra por otra involuntariamente se denomina lapsus linguae. Según la teoría freudiana, lo que hacemos es decir lo que realmente queríamos decir. Es decir, dejamos que nuestro inconsciente se manifieste. La cuestión de por qué decimos lo que no queremos puede descubrirse, por ejemplo, en una sesión de análisis en la que el paciente asocie ese lapsus con sus experiencias del pasado.

Cuenta Freud que el presidente de la Cámara de Diputados de Austria abrió cierto día la sesión diciendo: "Tras comprobar la presencia en el recinto de un número suficiente de diputados, declaro cerrada la sesión", en vez de darla por abierta como procedía. Para Freud, el presidente tenía el deseo oculto de cerrarla, pues la reunión se preveía conflictiva.

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Tras evaluar la retentiva de 4.500 británicos de 49 a 90 años de edad, un equipo de científicos británicos de la Universidad de Cambridge ha demostrado que las mujeres superan a los hombres en cuanto a capacidad de memorizar la información. La educación también influye: los participantes que dejaron los estudios después de los 18 años cometían un 20% menos de errores totales que aquellos que dejaron de estudiar antes de los 16. 

Además de explicar por qué ellas recuerdan mejor las efemérides y aniversarios que ellos, los científicos esperan que el estudio ayude a entender las causas de la enfermedad de Alzheimer y otras demencias, así como a detectar su aparición de manera precoz.

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ONDAS THETA AYUDAN
¿Sueles perder las llaves? ¿A veces no recuerdas donde has aparcado el coche? La buena (o mala) memoria depende del estado de tu cerebro en cada momento, según un nuevo estudio de la Universidad de California Davis publicado en la revista PNAS.

Charan Ranganath y sus colegas analizaron el cerebro de varios estudiantes mientras se sometían a un test de memoria en el que debían recordar una serie de palabras vinculadas a determinados contextos. Concretamente, los investigadores midieron las ondas cerebrales llamadas theta, oscilaciones electromagnéticas del cerebro asociadas a la relajación, la creatividad, el aprendizaje y la formación de la memoria. Después se les preguntaba si habían visto una determinada palabra y en qué contexto. Así observaron que ondas theta altas antes de recordar algo estaban asociadas a mejores resultados. “El cerebro no está simplemente esperando a un estímulo externo para reaccionar, sino que está ocupado con su propia actividad interna”, concluye Ranganath. La cuestión ahora es averiguar si se puede "poner" voluntariamente el cerebro en un estado óptimo para la memoria. Si así fuera, la técnica no sólo ayudaría a estudiantes y profesionales a mejorar su rendimiento, sino que se podría usar para tratar problemas de memoria y amnesia. 
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NUMERO DE COSAS QUE PODEMOS RECORDAR -SECUENCIAS-
Haz la siguiente prueba: pídele a un amigo que haga una lista de diez palabras o numeros. Léela una vez. Luego intenta recordar los elementos y decirlos en voz alta. La mayoría de la gente repite un máximo de siete elementos.

Todo tiene que ver con la memoria de trabajo, un tipo de memoria a corto plazo que funciona como una pizarra donde escribimos y borramos rápidamente la información antes de que pase a formar parte de la memoria más duradera o desaparezca rápidamente. Este mecanismo es esencial para mantener una conversación, recorrer una ciudad nueva o marcar un simple número de teléfono. Pero su espacio es reducido. Concretamente, está limitado al “mágico número siete”.

Pero, ¿por qué esa cifra? Mikhail Rabinovich, neurocientífico de la Universidad de California en San Diego, y Christian Bick, del Instituto alemán Max Planck, parecen tener la respuesta. En un artículo publicado en noviembre en la revista Physical Review Letters, los investigadores presentan un modelo matemático que explica cómo se activan las neuronas cuando registran una secuencia de números o palabras. Según su esquema, para cada ítem se activa un grupo de neuronas que inhibe al resto momentáneamente mientras se retiene información, y también mientras se recuerda. Cuando más larga es una frase o una cadena de cifras, más difícil resulta para las células excitadas mantener inactivas a las otras células nerviosas. En concreto, recordar siete elementos requiere 15 veces más “supresión neuronal” que recordar tres. Y para recordar diez necesitaríamos 50 veces más capacidad de inhibición. Repetir más de diez cifras o palabras usando nuestra memoria temporal resulta fisiológicamente imposible para casi todos excepto para los autistas, cuyo cerebro parece capaz de crear circuitos mucho más fuertes que el de un sujeto normal. “El cerebro es una compleja máquina bioquímica”, asegura Rabonovich.

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CAMINATAS 45 MINUTOS MEJOR MEMORIA

El ejercicio cardiovascular moderado y regular, como dar una caminata, mejora la memoria en las personas mayores de 55 años e impide el deterioro de las capacidades mentales vinculado al envejecimiento. A esta conclusión han llegado los autores del primer estudio conducido sobre adultos con buena salud de más de 55 años, que muestran los normales síntomas de atrofia en el hipocampo, la región del cerebro que juega un papel fundamental en la memoria. El trabajo ha sido publicado en la revista PNAS.

Para esta nueva investigación, científicos estadounidenses de las universidades de Pittsburgh, Illinois y Rice reclutaron a 120 personas de 55 a 80 años, sedentarias y sin señales de demencia. La mitad estuvo sometida a un programa de marcha moderada durante 40 minutos tres días por semana, mientras el otro grupo hizo sólo ejercicios de estiramiento.

En los exámenes con resonancia magnética, los científicos constataron que, tras un año, los participantes que se habían ejercitado caminando mostraron un aumento en sus hipocampos izquierdo y derecho de 2,12 y 1,19% respectivamente. En cambio, los miembros del otro grupo experimentaron una disminución de 1,40 y 1,43% en las mismas regiones cerebrales, es decir, el deterioro normal debido al envejecimiento, que afecta a la memoria y acrecenta los riesgos de demencia.

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DORMIR CON PAUSAS = MALA MEMORIA
Dormir con interrupciones afecta la capacidad de formar recuerdos y esto podría ayudar a explicar algunos trastornos vinculados a la memoria, como la enfermedad de Alzheimer, según un estudio publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Science (PNAS).

Para llegar a esta conclusión, investigadores de la Universidad de Stanford (EE UU) utilizaron una técnica llamada optogenética, que consiste en la manipulación genética de células para poder controlarlas empleando la luz. A continuación, mientras los ratones dormían enviaron impulsos de luz a sus cerebros, de manera que podían alterar el sueño sin afectar el tiempo total de descanso. Los animales habían sido colocados en una caja con dos objetos, uno de los cuales les era familiar.

Una vez despiertos, los roedores no afectados dedicaron más tiempo a examinar el objeto desconocido, pero aquellos que sufrieron alteraciones del sueño concentraron su atención por igual en las dos piezas. Esto sugiere que no recordaban la que antes era familiar. 

Según afirman los investigadores, los resultados demuestran que, independientemente de la cantidad total de sueño o su intensidad, un tiempo mínimo de sueño interrumpido cada noche resulta crucial para la consolidación de la memoria.

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COMO RECUERDAS EVENTOS IMPORTANTES -CEREBRO
Neurocientíficos de la Universidad de Nueva York (EE UU) han identificado las partes del cerebro que utilizamos para recordar la sucesión de eventos dentro de un episodio de nuestra vida, como una fiesta o una boda. El estudio, que aparece en el último número de la revista Science, mejora nuestra comprensión de cómo se procesan los recuerdos.

Investigaciones anteriores mostraban que el lóbulo temporal medio del cerebro (MTL) desempeña un papel importante en la memoria declarativa, es decir, la memoria de hechos o sucesos, y que los daños en esta área causan un deterioro de la memoria. Más específicamente, la memoria declarativa se encuentra alterada en los pacientes que sufren Alzheimer. Sin embargo, poco se sabe acerca de cómo las estructuras individuales dentro de la MTL recuerdan información sobre cómo se desarrolló un suceso específico, como, por ejemplo, el orden de los brindis en una boda.

Para averiguarlo, Yuji Naya y sus colegas desarrollaron un experimento en que un grupo de animales desarrollaba una tarea de memoria de orden temporal en la que se presentó una secuencia de dos objetos visuales y los sujetos tenían que recuperar la misma secuencia transcurrido un tiempo. Con el fin de realizar la tarea correctamente, los animales necesitaban recordar tanto los elementos individuales visuales ("qué") como el orden temporal ("cuándo"). Durante el experimento, los investigadores monitorearon la actividad de las células cerebrales individuales en el MTL.

Los resultados mostraron que dos áreas principales del MTL están involucradas en la integración de "qué" y "cuándo": el hipocampo y la corteza perirrinal. El hipocampo, conocido por tener un papel importante en una variedad de tareas de la memoria, proporciona una señal de sincronización entre los eventos clave, proporcionando información sobre el paso del tiempo desde el último evento, así como del tiempo estimado hasta el próximo. La corteza perirrinal integra la información sobre "qué" y "cuándo", es decir, qué ocurrió primero o segundo en una serie.

El nuevo hallazgo aporta una comprensión más profunda sobre los patrones de actividad cerebral, la que nos permite recordar tanto los eventos clave que marcan nuestra vida (bodas, graduaciones, nacimientos...) como el orden específico en que ocurrieron, concluyen los científicos.



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