lunes, 20 de junio de 2011

como escoger un vino

Carlos Cohen y Mauricio Hernández (un viejo conocido y colaborador en buenavida.mx), que son vendedores, se dieron a la tarea de encontrar las preguntas más frecuentes de un consumidor promedio de vino. Esto fue lo que encontraron:

¿Este vino es dulce?
La mayor parte del vino que podemos conseguir en México (incluyendo súper mercados y tiendas especializadas) se le llama vino de mesa, este se considera como vino seco que por definición contiene menos de 3g/L (gramos por litro) de azúcar residual, ese poquito de azúcar no hace que sepa dulce el vino. El "verdadero" vino dulce contiene cantidades de azúcar suficientes como para nosotros notemos ese carácter azucarado.

La sensación que algunos de estos vinos nos dan de dulzor se debe más al alcohol, este tiene sabor dulce (hagan la prueba de meter el dedo, solo un poquito, en una botella de alcohol puro y toquen su lengua) y es muy diferente al dulce que nos da la caña de azúcar (comparen, azúcar de caña en sabor con el ejercicio del dulce que da el alcohol).

Vinos muy concentrados suelen tener muchos aromas y sabores que recuerdan fruta, muy poca madera, vinos jóvenes que suelen tener mucho alcohol. Estos son los vinos que generalmente consideramos "dulces".

¿Afrutado?

El vino es una bebida elaborada a partir de la fermentación del jugo de la uva, y por ende sus aromas más destacables deben ser a fruta.

Mucha gente utiliza el término -afrutado- para pedir un vino amable, sin mayor complicación, joven y fácil de entender. Ahora, lo afrutado no se encuentra en el sabor ni en la textura, los recuerdos de frutos rojos, frutos negros, cítricos, frutos tropicales y demás, se encuentran en la nariz. La frutalidad de un vino se debe a que se encuentra elaborado a partir de una o más variedades de uva, y los aromas dependerán de cada una de las distintas cepas (Cabernet Sauvignon, Chardonnay, Merlot, Malbec, Sauvignon Blanc, etc...)

Por todo lo anterior, es mejor pedir en la tienda un vino franco, joven y de añada reciente para garantizar que lo más destacable sea la frutalidad, ya que la gran mayoría de ellos no cuentan con crianza en barrica (proceso que le aporta aromas mucho más complejos).

¿Amaderado?
La crianza en barrica de un vino es uno de los temas más complejos en su elaboración. No todos los vinos llevan barrica, ya que muchos son elaborados para beberse jóvenes. Cuando un vino tiene el aporte de la barrica, es un producto que busca destacar aromas complejos como chocolate, hoja de tabaco, especias, vainilla, resinas, humo, entre otras cosas.

La complejidad que aporte la madera al vino dependerá de dos cosas: el tiempo que pase el vino en la barrica, y el tipo de madera. Respecto al primero, los tiempos varían entre los 6 meses hasta los dos años aproximadamente. Esto se da porque el objetivo de aportar madera a un vino es realzar su elegancia y aportarle complejidad aromática, pero no en exceso.

Cuando en un vino se destaca la madera sobre la fruta, no es un producto de alta calidad, aunque en décadas anteriores esto fuera lo más buscado por el público bebedor. Respecto al tipo de madera, ésta puede ser de roble norteamericano, francés o húngaro, y cada una aporta ciertas peculiaridades al vino.

Lo importante de este tema es saber que la diferencia entre cada una de ellas radica en el tamaño de los poros en la madera, lo cual permite distintos niveles de microoxigenación, y por ende distintos tiempos de evolución en el vino.

La madera es un gran complemento para realzar la elegancia y complejidad de un caldo, pero jamás debe ser protagonista. Cuando uno busque un vino elegante, seguramente será uno que tuvo un paso por barrica, y entonces deberá pedir en la tienda alguna recomendación que haga alusión a un Reserva o Gran Reserva (en el caso de los vinos españoles). Generalmente son vinos de añadas no muy recientes, ya que además del paso por barrica, pasan otro par de años en botella para estabilizar esa complejidad en la evolución.

Ojalá estas rápidas explicaciones les ayuden a hacer una mejor selección le p%u0155oxima vez que les toque ir a comprar un vino.

Al respecto, acá dos recomendaciones... aunque ya explicamos las respuestas a esas preguntas frecuentes de los consumidores, vamos a relacionar estos vinos con los términos utilizados en las preguntas.

Wente Summerset 2009

Un buen White Zinfandel de una de las casas más antiguas de Estados Unidos. Aromas intensos a sandía, cereza, manzana verde, granada, caramelo, vainilla, canela y un poco de menta; todos los aromas muy marcados y agradables. Llena bien la boca con una acidez alta pero bien integrada, balanceada con lo dulce del vino que tiene sabores a durazno y cereza en almibar y un tanino muy rico, suave, que a penas se percibe. Un vino con excelente relación calidad-precio, como por lo general suelen ser los gringos. Éste sería de esos vinos que podríamos decir es "dulce" y "afrutado", sin ningun toque "amaderado"... si bien no es un vino dulce por definición, si se siente bastante dulce, con mucha fruta y sin nada de madera, por lo tanto es un vino súper amable, que no nos costará nada de trabajo entender y disfrutar sin quebrarnos la cabeza. Lo venden en La Europea a $175 pesos y te recomendamos probarlo con una ensalada de pollo cajún.

Estola Gran Reserva 1999
Un vino con edad, con mucha barrica y por lo tanto un vino que caería en el término de "amaderado". La verdad es que la madera no es la protagonista, pero se hace presente de manera importante, siempre acompañando al vino. Huele mucho a animal... cuero, establo, carne, tocino, piel, ahumado. Ciruela negra muy madura. Un leve de mentol muy en el fondo. Algo de piñon rosa, pimiento del piquillo. Leña, ceniza, chimenea. Por ahí un poco de pimienta blanca y negra italiana (mas dulcecita). En boca tiene muchísima ciruela negra acompañada de madera, con tanino maduro, mucho, fuerte, pero balanceado con la fruta y la acidez, no molesta.
Aterciopelado con buen cuerpo, llena la boca, redondo. Un saladito en medio que se dispara un poco entre la acidez. Es muuuuuy largo, persistente, con la fruta y la madera muy juntos, no se separan nunca, ni en el retrogusto. Tiene un leve sabor a jerez. Alcohol alto, se siente bastante. Lo consigues en el Club del Gourmet (http://www.clubdelgourmet.com.mx/?in=bv) a $370 pesos y es ampliamente recomendable con algo de jamón serrano y queso manchego en una noche lluviosa.

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