Como todo en esta vida, hay cosas que tienes que hacer y otras que de preferencia no. Si Carreño no te ha enseñado nada, a continuación una guía de lo que NO debes de hacer antes de salir.
Te espera una larga noche de alcohol con amigos, familiares, parejas y extraños que se metamorfosearán, conforme avance tu grado etílico, en hermanos. Llevas todo el día con ese vértigo de "ya quiero salir"; incluso lo proyectas con golpeteos sobre el tecladito de tu computadora, mordidas en tu lápiz, llamadas a tus amigos... es más, todo Twitter ya se enteró que hoy te volarás la tapa de los sesos con alcohol. En fin: te urge salir.
Comienzas a armar el plan desde la hora de la comida y sólo esperas la salida para huir tan rápido que rechinarás llanta. Muchas veces en esa emoción de salida terminas haciendo cosas muy de prisa que, aunque no lo creas, tienen efectos secundarios, tanto para ti como para los que te rodean... o quieres que te rodeen. A continuación, una guía sobre lo que NO tienes que hacer antes de salir.
Primera parada: departamento de perfumería. Chicos: no hay nada, nada peor la masculinidad forzada con esencias. Este punto puede aplicar en dos partes: en primer lugar, no olvides que cuando sales en la noche tiendes a sudar lo que tomas, sobre todo cuando estás en lugares cerrados y atascados con humo y mirreyes abrazándose de manera homoerótica y nefasta. Siempre intenta darte un baño antes de salir, te va a servir para despertar un poco y te vas a sentir mucho mejor. En segundo lugar, si ya decidiste hacernos el favor de pasarte la esponjita, NO, por favor, NO te bañes en agua de colonia ni en loción de ligador. Por alguna exótica razón, pareciera como si todavía algunos creen que viven en la época victoriana y no hay agua o jabón. A ver, dudes, no nos ven a nosotras chicas empolvándonos la cara de blanco ni con pelucas gigantescas, ¿o sí? No es necesario que te eleves la masculinidad con esencia de testosterona de bisonte. No es atractivo.
Segunda parada: departamento de salchichonería. Planea los alimentos previos. Cada cuerpo es diferente, y muchas veces no se toma en cuenta el efecto que tienen los alimentos al momento de digerirlos. Ten mucho cuidado con qué tipo de comida comes antes de salir; si llegas a ir a algún lugar de comida étnica o incluso a algunos tacos que nunca hayas ido, fíjate en lo que pides. Cuando no tomas en cuenta los alimentos, no hay nada peor que estar a media plática y que se manifieste tu yo interior. Evidentemente no es tu culpa que te caiga pesada la comida o no, es inevitable. No te sientas mal por traer algún remedio estomacal en el auto, nadie va a pensar que eres alcohólico; cómpralo cuando pases por las chelas de precopeo. Aunque no lo creas, un trago de cierto elíxir rosa te puede a dejar como nuevo.
Tercera parada: departamento de farmacia: Aguas con creerte súper controlador o controladora en el arte del manejo de las píldoras. Cada quien es responsable de su nivel de atasque, pero sinceramente, sabes perfecto que cruzar medicinas con alcohol no es lo más sabio. Haz valer un poco los miles de pesos que tus padres han tirado en tu universidad y evita perder el control. Si estás tomando antibiótico, recuerda que no vale la pena tener que aventarte una semana más de tratamiento por tu borrachera. Si tomaste alguna otra cosa, no te quejes si sales al día siguiente en todas tus fotos taggeadas con mirada rockstar en camino a rehabilitación y no te queda de otra que hablarle a todos tus amigos para que te cuenten toda la noche y llenes esas lagunas, no, océanos mentales.
Cuarta parada: departamento de libros de autoayuda: Inhala y haz una búsqueda en tu animal interior y considera si estás en condiciones de salir o no. A todos nos pega de vez en cuando un bajón emocional que nos desespera terrible y tendemos a creer que salir es la opción para resolverlo. Hay veces que sí, ver a nuestros amigos y tomar algo produce las endorfinas necesarias para sentirnos un poco mejor. Hay otras veces que no nos damos cuenta y estamos deprimiendo a absolutamente todos los asistentes con nuestra perspectiva fatalista de lo apestoso del amor. En caso de que te pegue la lágrima telenovelera antes de salir, considera si no es mejor opción ponerte una buena película y dormir como bebé. Si decides salir, procura no verte muy pasivo-agresivo con los comentarios a la pareja dorada, no te preocupes: ellos también tienen broncas y no todo está perdido, porque sí hay un roto o rota para ti...o descosido(a).
Cuarta parada: departamento de vinos y licores: Entrénate con disciplina en el deporte del precopeo. Es una delicia absoluta empezar la noche con una o dos copitas previas. Tampoco te hagas, luego terminas denominando ‘precopeo' a las cuatrocientas fiestas que pisaste antes de llegar a tu destino final. Si lo tuyo es el maratón, asegúrate de llevar lentes oscuros o algún elemento que distraiga la mirada juiciosa de los asistentes porque sí, siempre se nota.
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