domingo, 10 de junio de 2012

La mentalidad de la "eterna juventud" no es más que una carrera en contra de la edad.


La mentalidad de la "eterna juventud" no es más que una carrera en contra de la edad.

¿Cuántos años tienes?

¿Deseas retrasar, detener, revertir el envejecimiento?

Aproximadamente 70 millones de personas con edades cercanas al retiro son el mercado meta para legiones de cirujanos plásticos deseosos de aprovechar la mentalidad de la "eterna juventud".

Desde cremas para arrugas, estiramiento facial hasta regímenes de gimnasia están disponibles al público.

La firma de investigación de mercado Global Industry Analysts dice que los consumidores de dicha generación se encuentran "en busca de mantener a raya los temibles indicios del envejecimiento"

Al parecer, la inversión de los usuarios aumentará de los 80.000 millones de dólares actuales en productos y tratamientos a más de 114.000 millones para el 2015.

Los exponentes de esa generación, que se criaron en una cultura de exaltación de la juventud.

Los entusiastas en el combate a la vejez sostienen que la vida puede ser prolongada mediante intervenciones como terapia de reemplazo hormonal y suplementos dietéticos.

Los opositores, es decir, buena parte del sistema médico, dicen que muchas intervenciones contra la vejez carecen de efectividad, o incluso son perjudiciales.

Las organizaciones establecidas como el Instituto Nacional sobre Envejecimiento en Estados Unidos, buscan mirar con escepticismo o precaverse de posibles engaños que representan los productos que supuestamente demoran el envejecimiento.

Nuestra cultura otorga gran valor a mantenerse joven, pero el envejecimiento es normal", dice el instituto.

No se ha demostrado que ningún tratamiento demore o revierta el proceso de envejecimiento".

El consejo para envejecer bien es básico: una dieta saludable, ejercicio regular, abstenerse de fumar, comprarse un buen par de zapatillas para correr, inscribirse en un club para ejercitarse, comer más frutas y verduras.

Pero esos consejos no han hecho mella en la demanda de productos contra el envejecimiento.

Muchos tratamientos tienen precios elevados que los seguros de salud no cubren.

Además, otro riesgo para los consumidores es que muchos suplementos dietéticos y cosméticos no están obligados a someterse a pruebas del gobierno o revisiones antes de ser comercializados.

Ello al contrario de los medicamentos que requieren receta médica y los de venta general.

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