domingo, 10 de junio de 2012

Neuromarketing: sabemos lo que deseas


Es un gusto compartir con ustedes el premio otorgado por COMECYT; ADIAT y Clarke, Modet & Co. a nuestro colaborador Leonardo Peralta por el siguiente reportaje:

En su oficina en el barrio capitalino de Polanco el Dr. Jaime Romano Micha, director general de Neuromarketing S.A., estudia dónde se almacenan las imágenes antes de mandarlas a la memoria de largo plazo u olvidarlas.

Al momento de sentir alguna emoción, áreas específicas del cerebro se activan con una intensidad variable” Dr. Romano.

Este conocimiento conjugado con estudios como la tomografía de emisión de positrones, la magnetoencefalografía y la resonancia magnética funcional coincidieron en un campo de estudio nuevo: la detección de la actividad cerebral según su actividad electromagnética y el flujo de sangre que se mueve por la masa cerebral.

Empresas como BrightHouse aplicaron estos conocimientos en la evaluación de productos y mensajes comerciales; algo de todos los días se realiza en el laboratorio del Dr. Romano.

El equipo utilizado en por el especialista consiste en una computadora portátil y una especie de consola con cables que se conecta con la gorra de electrodos llamada electrocap.

Otro aparato registra variables del cuerpo como la temperatura de las manos, la frecuencia respiratoria y cardiaca.

La preparación del análisis neurológico de un mensaje publicitario es muy sencillo y rápido.

La colocación de los sensores es indolora y el voluntario está listo en menos de cinco minutos.

El papel del sujeto se reduce a estar sentado frente a un monitor y ver uno o varios mensajes sin moverse y parpadeando lo menos posible.

Analizamos la actividad cerebral, la correlacionamos para conocer cuántos puntos de emoción y qué tipo de emoción se generaron” Dr. Romano.

Ello debido a que, de acuerdo con la metodología de Neuromarketing S.A., existe una serie de procesos que se desarrollan tras haber sido expuestos a un mensaje publicitario.

El primero es la atención generada en el cerebro, seguido por la emoción detonada por el mensaje.

Tras ello se desencadena un análisis racional sobre los estímulos, es decir, si las emociones se corresponden con la realidad y las posibilidades del individuo.

Tras el análisis de las imágenes, los anunciantes reciben un reporte de las emociones que genera el anuncio, con recomendaciones precisas de lo que deben cambiar para mejorarlo.

Estamos entrando a una época donde no solo hablaremos de neuromarketing, sino de neuropolítica y neuroeconomía" Dr. Romano.

Es decir, los mensajes políticos y los políticos mismos podrán ser evaluados en términos de las respuestas cerebrales que generen.

En ese sentido, ¿hasta qué punto puede una empresa meterse en el pensamiento de un individuo?

¿Podrá un gobierno o una empresa investigar la opinión cerebral de sus empleados o ciudadanos?

El artículo corresp

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