Curiosamente, ser hipocondriaco es señal de buena salud física.
Les duele todo, desde la cabeza hasta la punta del pie. Y, aunque se quejan de molestos achaques, están completamente sanos.
Un tratado de medicina doméstica del siglo XVIII, firmado por el médico escocés William Buchan, define la hipocondría como una “especie de enfermedad nerviosa que viene de los hipocondrios”, que podrían estar “en las venas del vientre inferior” o en el hígado.
También lo propone como una condición de los “hombres vivos, desocupados u ociosos y disolutos”, nada alejado de lo que hoy, afirman algunos estudios: es un padecimiento más mental que físico. ¿Cómo reconocerlo?
Tienen miedo a la enfermedad, a las funciones biológicas y a la muerte. Son perfeccionistas y piensan que nadie los atiende como merecen. Sufren un proceso neurótico por el que dan vueltas a todo. Tienen una estructura de inmadurez emocional, de continuo conflicto. Encubren su miedo a equivocarse.
No se fían de nadie. Abogados, jueces, trabajadores de mantenimiento y médicos son los más proclives, por la minuciosidad que les exige su trabajo.
Sanos sin saberlo
“Menos mal”, advierte el profesor Garrido Landívar, “que no por pensar que uno se va a morir se muere. Menos mal que no por sentir que se tiene una enfermedad grave se tiene... Mi profesor decía que los hipocondriacos viven enfermos muchos años, pero enfermos de su neurosis”.
Curiosamente, ser hipocondriaco es señal debuena salud física. Se someten a más exploraciones, están más controlados y se les pueden tratar con más precocidad las enfermedades reales.
Sufren mucho, cansan a toda la familia... pero no tienen nada orgánico. Algunos medicamentos, recomendados por un médico, pueden servir de cura para quienes se quejan sin tener nada; estos ayudan a ordenar la mente y calmar la ansiedad. Además, terapia cognitiva, para controlar los pensamientos distorsionados, y terapia conductual, para aceptar que no se sufre nada orgánico, sino que todo es una mala pasada que nos juega nuestro cerebro.
Un tratado de medicina doméstica del siglo XVIII, firmado por el médico escocés William Buchan, define la hipocondría como una “especie de enfermedad nerviosa que viene de los hipocondrios”, que podrían estar “en las venas del vientre inferior” o en el hígado.
También lo propone como una condición de los “hombres vivos, desocupados u ociosos y disolutos”, nada alejado de lo que hoy, afirman algunos estudios: es un padecimiento más mental que físico. ¿Cómo reconocerlo?
Tienen miedo a la enfermedad, a las funciones biológicas y a la muerte. Son perfeccionistas y piensan que nadie los atiende como merecen. Sufren un proceso neurótico por el que dan vueltas a todo. Tienen una estructura de inmadurez emocional, de continuo conflicto. Encubren su miedo a equivocarse.No se fían de nadie. Abogados, jueces, trabajadores de mantenimiento y médicos son los más proclives, por la minuciosidad que les exige su trabajo.
Sanos sin saberlo
“Menos mal”, advierte el profesor Garrido Landívar, “que no por pensar que uno se va a morir se muere. Menos mal que no por sentir que se tiene una enfermedad grave se tiene... Mi profesor decía que los hipocondriacos viven enfermos muchos años, pero enfermos de su neurosis”.
Curiosamente, ser hipocondriaco es señal debuena salud física. Se someten a más exploraciones, están más controlados y se les pueden tratar con más precocidad las enfermedades reales.
Sufren mucho, cansan a toda la familia... pero no tienen nada orgánico. Algunos medicamentos, recomendados por un médico, pueden servir de cura para quienes se quejan sin tener nada; estos ayudan a ordenar la mente y calmar la ansiedad. Además, terapia cognitiva, para controlar los pensamientos distorsionados, y terapia conductual, para aceptar que no se sufre nada orgánico, sino que todo es una mala pasada que nos juega nuestro cerebro.
Un mal de muchos en el mundo
Entre 4 y 9% de la población mundial sufre hipocondría, según el psicólogo Emilio Garrido Landívar. De acuerdo con datos del IMSS, en México, 16% de la población mexicana presenta hipocondría en algún momento de su vida. El investigador, Andrew Gould, por su parte, sugiere a los médicos que prescriban acupuntura (como efecto placebo) para pacientes cuyos síntomas permanecen sin explicación médica después de las pruebas oportunas.
Entre 4 y 9% de la población mundial sufre hipocondría, según el psicólogo Emilio Garrido Landívar. De acuerdo con datos del IMSS, en México, 16% de la población mexicana presenta hipocondría en algún momento de su vida. El investigador, Andrew Gould, por su parte, sugiere a los médicos que prescriban acupuntura (como efecto placebo) para pacientes cuyos síntomas permanecen sin explicación médica después de las pruebas oportunas.
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